El Código Internacional de Nomenclatura Zoológica (conocido por sus siglas en inglés: ICZN) tiene como propósito fundamental proporcionar la máxima universalidad y continuidad de los nombres científicos de los animales compatibles con la libertad de los científicos para clasificar los animales según sus criterios taxonómicos (ICZN, 1999, Introducción). El Código reglamenta los nombres de los taxones de animales (reino Animalia) y de otros clados de eucariotas tradicionalmente considerados “protozoos”.
El Código consta de Artículos (que son obligatorios) y Recomendaciones. Los Artículos se diseñaron para permitir a los zoólogos llegar a los nombres de los taxones que sean correctos en circunstancias taxonómicas concretas. El uso del Código permite a un zoólogo determinar el nombre válido de cualquier taxón al que pertenezca un animal en cualquier categoría de las jerarquías especie, género y familia (incluyendo subespecie, subgénero y categorías del nivel familia tales como subfamilia y tribu). El Código no regula enteramente los nombres de los taxones por encima del nivel familia (orden, clase, phylum) y no proporciona reglas para el uso por debajo de la categoría de subespecie (variedad, aberración, natio, etc.), ya que carecen de entidad taxonómica.
En Septiembre de 1993, la Comisión Internacional de Nomenclatura Zoológica reconoció tras una demostración previa, que el perro y el lobo pertenecían a la misma especie.
Fueron cuatro científicos japoneses, Tsuda, Kanabe, Kikkawa y Yonekawa, los que demostraron definitivamente la identidad de especie entre el lobo y el perro. Revelaron que la tasa de variación del ADN mitocondrial entre 24 distintas razas de perro doméstico es de entre el 0 y el 3,19%, mientras que la diferencia entre las tres subespecies del lobo gris es de entre el 0 y el 2,88%. Una diferencia insignificante.
Los investigadores pertenecientes a la Universidad de California en los Angeles, también realizaron sus ensayos. Dirigidos por el Profesor Robert Wayner, compararon el ADN mitocondrial de 162 lobos de 77 familias de canes procedentes de todo el mundo, así como el ADN de 140 perros domésticos de 27 razas distintas. El genetista molecular Robert K. Wayne expuso: “Los perros deben haber derivado de diferentes poblaciones ancestrales de lobos grises; los análisis de ADN mitocondrial entre 77 poblaciones de lobos grises y 27 razas de perros domésticos han mostrado que los genotipos del perro y del lobo son idénticos o difieren en tan sólo una o dos áreas (lo que los genetistas llaman loci). El perro doméstico es un pariente extremadamente cercano del lobo gris, del que difiere, como máximo, en un 0,2% de su secuencia de ADN mitocondrial. En comparación, el lobo gris difiere de su más cercano pariente, el coyote, por más del 4%”.
Pero no solo eso, además las diferencias genéticas entre perros y perros, lobos y lobos y perros y lobos, es la misma, va del 0’3 al 3’35 %.
El decir que un lobo y un perro no son de la misma especie guiándose solo por sus diferencias físicas es como decir que mi hermano y yo no somos familiares porque tenemos características fisonómicas distintas y una forma de ser diferente. No importa el aspecto de cada uno porque las pruebas demuestran que el ADN es casi idéntico.
También dieron a conocer que, las bases nitrogenadas del ADN del lobo (TACACGTA/CGC) están presentes del mismo modo en el perro y sólo en el perro, es decir que no están presentes en ninguna otra especie de cánido como el coyote, el chacal, el zorro o el licaón, sólo en el Canis Lupus.
Demostrando así que tanto el perro como el lobo (cualquier lobo, cualquier variedad de lobo) pertenecen a una misma especie. Lo que nosotros llamamos “perro” no es más que la variedad doméstica del Canis Lupus.
Así, una vez establecido que el perro y el lobo son la misma especie, el perro pasó a tener como nomenclatura “Canis Lupus Familiaris”, encuadrado como subespecie del “Canis Lupus”.
El perro no desciende del Lobo; es un lobo.
Enlace a Wikipedia; https://es.wikipedia.org/wiki/Canis_lupus_familiaris